Hace unos días que terminé esta apasionante novela de David Mateo, pero he decidido dejar pasar este tiempo para reseñarla. Ha sido toda una experiencia sumergirme en la trama que plantea el escritor valenciano, con el que tengo una buena amistad y que me ha demostrado, una y otra vez, que sabe perfectamente que el oficio de escritor es duro y que hay que dar a los lectores lo que buscan en cada libro.
Lo digo porque es fácil pensar que esta amistad me fuerza a hablar bien de una historia que consigue exactamente lo que buscaba en ella: quedar enganchado a una novela absorbente, con un misterio de esos que te llevan a pasar las páginas para descubrir que es lo que nos tiene reservado el fabulador.
Noches de Sal es una historia que se narra en dos tiempos diferentes. Sinceramente, cuando comencé a tener noticias de ella, crei que una de las épocas donde se contaría sería en el Siglo de Oro, cuando Los Nocturnos tenían sus reuniones y creaban una de las más prolíficas etapas literarias de Valencia.
Pero no, este grupo de escritores afincados en la Ciudad del Turia sólo son la excusa para contarnos otra historia, más cercana y mucho más terrorífica que lo que podríamos pensar.
En un momento indeterminado después del año 2002, Abel conoce a Aurora, una joven que vive aislada en una vieja casa, junto a su abuelo. El viejo marinero se encarga de cuidar a la huérfana, que no se ve capaz de salir a la calle y enfrentarse a la ciudad y sus habitantes.
Ella es la que ha escrito un breve e intenso relato que Abel se ha encargado de ilustrar para Las Provincias, uno de los periódicos más antiguos de Valencia. Entre los dos se crea un vínculo muy especial, que durante algo más de un año les une de una manera que no se esperan.
Quince años después, un asesino brutal recorre la ciudad, buscando a Secreto, un nombre que es el pseudónimo que la muchacha utilizó en sus escritos.
En esa otra línea temporal, Patricia, antigua compañera de piso del muchacho, se ve atrapada por el pasado, y se involucra, otra vez, en una parte de su pasado que creía enterrada y en la que esperaba no volver a pensar.
La historia nos enseña, poco a poco, todo lo que sucedió, a medida que la trama lo requiere, para que los hechos del pasado no estropeen los misterios del presente y consigue que la experiencia de la lectura sea tan intensa como merece.
Pilatos, el misterioso asesino, se desvela como parte de ese pasado y busca a los que participaron en esos sucesos que vamos conociendo a medida que pasamos las páginas y su identidad no la llegamos a conocer (pero sí a intuir) hasta que casi terminamos la novela.
Y es entonces cuando todo se acelera y tenemos que coger aire para asistir al desenlace del libro, que nos devuelve al principio de todo y cierra el círculo.
Te puedo asegurar sorpresas, emociones y misterio. Una combinación que, en las manos de David, se convierte en un auténtico placer literario con la capacidad de introducirte en un escenario que, en mayor o menor medida conoces si has visitado Valencia.
Muy recomendado.
Un saludín
Comprar Noches de Sal en Argot
Lo digo porque es fácil pensar que esta amistad me fuerza a hablar bien de una historia que consigue exactamente lo que buscaba en ella: quedar enganchado a una novela absorbente, con un misterio de esos que te llevan a pasar las páginas para descubrir que es lo que nos tiene reservado el fabulador.
Noches de Sal es una historia que se narra en dos tiempos diferentes. Sinceramente, cuando comencé a tener noticias de ella, crei que una de las épocas donde se contaría sería en el Siglo de Oro, cuando Los Nocturnos tenían sus reuniones y creaban una de las más prolíficas etapas literarias de Valencia.
Pero no, este grupo de escritores afincados en la Ciudad del Turia sólo son la excusa para contarnos otra historia, más cercana y mucho más terrorífica que lo que podríamos pensar.
En un momento indeterminado después del año 2002, Abel conoce a Aurora, una joven que vive aislada en una vieja casa, junto a su abuelo. El viejo marinero se encarga de cuidar a la huérfana, que no se ve capaz de salir a la calle y enfrentarse a la ciudad y sus habitantes.
Ella es la que ha escrito un breve e intenso relato que Abel se ha encargado de ilustrar para Las Provincias, uno de los periódicos más antiguos de Valencia. Entre los dos se crea un vínculo muy especial, que durante algo más de un año les une de una manera que no se esperan.
Quince años después, un asesino brutal recorre la ciudad, buscando a Secreto, un nombre que es el pseudónimo que la muchacha utilizó en sus escritos.
En esa otra línea temporal, Patricia, antigua compañera de piso del muchacho, se ve atrapada por el pasado, y se involucra, otra vez, en una parte de su pasado que creía enterrada y en la que esperaba no volver a pensar.
La historia nos enseña, poco a poco, todo lo que sucedió, a medida que la trama lo requiere, para que los hechos del pasado no estropeen los misterios del presente y consigue que la experiencia de la lectura sea tan intensa como merece.
Pilatos, el misterioso asesino, se desvela como parte de ese pasado y busca a los que participaron en esos sucesos que vamos conociendo a medida que pasamos las páginas y su identidad no la llegamos a conocer (pero sí a intuir) hasta que casi terminamos la novela.
Y es entonces cuando todo se acelera y tenemos que coger aire para asistir al desenlace del libro, que nos devuelve al principio de todo y cierra el círculo.
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