Primeras impresiones de X Men Origenes: Lobezno

No mías, sino de mi amigo Francisco Quevedo Puchal, en Locoporelcine.

A pesar de no ser en absoluto uno de los miembros fundadores de los X-Men –en aquel entonces, en España eran conocidos aún como la Patrulla-X–, desde su aparición en el nº 180 de “Hulk” allá por 1974, se convirtió en uno de los superhéroes más admirados del universo Marvel. Creado por Len Wein (“Swamp Thing”) y John Romita Sr. (“Amazing Spider-man”), marcó un antes y un después en el concepto del superhéroe.
Su actitud canallesca, rozando el sadismo casi criminal, lo convirtió de inmediato en un referente por su singularidad. Antes lo intentaron con otros superhéroes como el Motorista Fantasma (Ghost Rider) o El Castigador (The Punisher), pero ninguno de ellos logró aunar con tanto éxito ese cara y cruz que supone el bien y el mal, y sobre cuya fina línea se encuentran siempre los defensores de la justicia. El éxito de la trilogía “X-Men” ha llevado a sus productores a plantearse el seguimiento de una estratagema de marketing que ya hace largo tiempo que viene desarrollando la industria del comic. Se trata sencillamente de los llamados spin-off, es decir, derivados de series originales que convierten en protagonista a alguno de sus personajes. O sea, otro modo más de hacer dinero fácil. La película se basa en una miniserie de seis comics que fueron publicados entre finales de 2001 y principios de 2002, y que tuvo un éxito enorme entre los aficionados al mundo del comic. Su director, Gavin Hood (“Tsotsi”, 2005; “Expediente Anwar”, 2007), ha sabido combinar con bastante acierto los conceptos básicos del relato gráfico con la estética y el ritmo visual de la serie fílmica de los “X-Men”, haciéndonos sentir como si esta fuera una especie de precuela en la que Lobezno tiene un papel decisivo en la formación de los X-Men.
Hugh Jackman, quien ya demostró en las tres películas anteriores su enorme implicación con el personaje –al que interpreta con una solidez digna de alabanza–, cumple a la perfección su rol. Sin embargo, los más avezados echarán en falta el sadismo, el espíritu salvaje que tanto ha caracterizado a Lobezno a lo largo de toda su trayectoria. Respecto a la trama, nos encontramos ante un guión correcto pero algo edulcorado, que no llega a aprovechar al máximo las múltiples posibilidades que brindaba un personaje mucho más complejo de lo que llegamos a apreciar en la pantalla.
La aparición de Liev Schreiber en la cinta consigue darle la réplica con bastante efectividad a un Hugh Jackman muy por encima del resto de personajes que aparecen, y compensar –en la medida de lo posible– el desaprovechamiento tan absoluto de personajes tan capaces como Gámbito o La Mole. Sin embargo, incluso puede también que Dientes de Sable sea demasiado humano, para lo que se espera de él. Las escenas de combates, elaboradas e impactantes tanto en su coreografía como en sus efectos especiales, merecen una mención especial por su espectacularidad. En ese sentido, Lobezno podría ser definida como una cinta muy entretenida y de grata lectura, pero que peca de no querer –o no saber– adentrarse tanto como era de esperar en un mundo tan vasto, que su pobre incursión apenas queda reducida a una gota de agua en medio de un inmenso océano.

Lo mejor: Hugh Jackman, soberbio en la piel de Lobezno, y la réplica de Liev Schreiber como Dientes de Sable.

Lo peor:El tratamiento edulcorado que se le ha dado al salvajismo que tanto caracteriza a Lobezno y a Dientes de Sable, y el desaprovechamiento del resto de mutantes que aparecen, especialmente Gámbito.

Ficha técnico-artística:

Dirección: Gavin Hood País: Estados Unidos Año: 2009 Duración: 107 minutos Género: Acción, ciencia-ficción Interpretación: Hugh Jackman, Liev Schreiber, Danny Huston, Dominic Monaghan, Ryan Reynolds, Taylor Kitsch, will.i.am, Lynn Collins, Daniel Henney, Kevin Durand. Guión: David Benioff y Skip Woods Producción: Lauren Shuler Donner, Ralph Winter, Hugh Jackman y John Palermo Música: Harry Gregson-Williams Fotografía: Donal McAlpine Montaje: Megan Gill y Nicolas de Toth Diseño de producción: Barry Robison Clasificación: Mayores de 13 años

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