Los Vengadores: Pura Magia Marvel



Ayer se estrenó Los Vengadores. Por fin. Meses esperándola (años, más bien), y por fin teníamos a los Héroes mas Poderosos de la Tierra frente a nosotros, partiéndose el cobre para defender la ciudad de Nueva York, la eterna víctima de los malvados que pretenden subyugar al Tierra.

Como todos, tenía miedo de que tanta expectación, el hype de los modernos, fuera a darnos una gran decepción. Que nos encontaríamos con una película que no llegara a lo que esperábamos y salieramos decepcionados de la sala.

Eran las cuatro de la tarde, en los Ábaco de Castellón, y la cola era considerable. En la sala éramos unas 40 personas, esperando a que se iluminara la pantalla y nos bombardeara con la fuerza de Los Vengadores.

Comienza el espectáculo. El Agente Coulson inicia la acción, y Nick Fury se hace cargo de la primera escena. El Cubo Cósmico, que ya conocemos de Thor y Capitán América, comienza a hacer de las suyas y aparece Loki.

Y a partir de ahí, todo se desata. Cambios de bando en algunos agentes de Shield, persecuciones, rayos y acción al estilo Shield. Luego, comienza el reclutamiento de los héroes. La Viuda Negra, en una fantástica escena. El doctor Banner, perdido en la India; el juguetón Tony Stark, coqueteando con Pepper...

Se prepara la guerra y los héroes se lanzan. Detienen a Loki, aparece Thor y hay una primera pelea entre los héroes. No se conocen y se miden. Como ha de ser.

Se unen, se vuelven a enfrentar y salvan el (impresionante) Helitransporte de Shield. Tensión, lucha. Hulk destrozándolo todo. Caos y los héroes vencidos.

Y luego, solo falta el grito de ¡Vengadores Reuníos! Porque lo que viene después es una batalla que hemos visto miles de veces en los cómics. El Capi, Ojo de Halcón y la Viuda Negra luchando a pie de calle, poniendo a salvo a los civiles. Iron Man enfrentándose a los aliens voladores, Thor ocupándose de su hermano y Hulk... bueno, haciendo de Hulk.

Es, posiblemente, el mejor personaje de todos. Tiene los mejores momentos. Se comporta como el Hulk que sabemos que es. Su aparición en Nueva York le define perfectamente. Es Hulk. Y aplasta. Aunque lo que tenga que aplastar le supere en tamaño. En fuerza no. Es Hulk.

Y no le gustan los dioses.

El Capitán América es un soldado fuera de su tiempo. No sabe qué hace allí, y pese a las limitaciones de Chris Evans, está bien. Solo cuando está en mitad de una pelea, cuando se decide el destino de la gente junto a él, reacciona y se convierte en quien era. Un líder.

Stark deja de ser el payaso de la reunión para demostrar porque lleva el traje de lata, se convierte en el gran héroe del día y la Viuda Negra, espía, asesina, se convierte en heroína. Los Vengadores se han forjado, y si no pueden defender la Tierra, la vengarán.

Dejo para el último momento la escena postcréditos. Durante las apariciones del líder de los Chitauri, sabemos que hay alguien más sobre él. Que no son ellos los que mueven ficha, sino simples peones de alguien, o algo más. Y en la escena que todos esperamos, sabemos quien es. Y ojo... No voy a decir nada más, pero sí que puedo comentar que la impresión fue de aúpa. Si siguen por ahí, la secuela será espectacular. Más.

Y ya está. No digo más. Creo que la volveré a ver. Me ha encantado. La he disfrutado muchísimio y espero que no te la pierdas. Porque vale la pena. Es una película de acción sin más, vale. Pero es la película de acción que todos queríamos ver. A años luz de otras, que se pierden en grandes efectos especiales.

Sí, aquí también los hay. Pero es que son Los Vengadores, macho...

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