Acabo de disfrutrar del noveno tomo de Los Muertos Vivientes, la obra de Robert Kirkman. ¿Qué puedo decir de ella? Pues que es fantástica.
Pero no quería hablarte de la serie en blanco y negro de esos caminantes (mira, como la obra de Carlos Sisi...), si no de otro cómic, otro libro que he devorado con frucción y que he disfrutado tanto como estos.
Se trata del tercer tomo de Blacksad, el detective felino creado por Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, una auténtica joya que combina un espectacular arte con las tramas más típicas de una buena novela de género negro.
Si el primer tomo (Un lugar entre las sombras) estaba centrado en una história del género detectivesco clásico, el de las novelas de Hammett, el segundo tocaba el tema del racismo. Al llegar al tercero, siguiendo la lógica evolución del tiempo, tocaba el turno a la deleznable caza de brujas y las primeras bocanadas de la Guerra Fría.
Alma Roja habla de la paranoia, la constante amenaza del enemigo invasor, los herejes y ateos de otros tiempos, que en los 50 eran los comunistas (hoy, sin que nadie pueda sorprenderse por ello, continúa la misma paranoia, con el islam. En cuanto se les pase, caerá sobre otros...).
La caza del senador McArthy es el argumento sobre el que se cimienta una historia de espionaje que le viene a Blacksad un poco grande.
Las amistades del pasado esconden secretos, el futuro es incierto y el presente poco tiene que ver con lo que él conoce.
Y en medio de esto, como no podía ser de otra manera, una guapa mujer que atrapará el corazón del detective y que... Bueno, eso lo tendrás que descubrir tú mismo.
El dibujo Juanjo Garnido es algo aparte. Es brillante, pulido, realista hasta decir basta, y eso que los personajes son animales antropomórficos. Un auténtico regalo para la vista y el paladar comiquero del lector.
Me siento en la obligación de, no recomendarte, sino casi obligarte a hacerte con esta serie, porque si disfrutas leyendo, es precisamente lo que te hace falta.
Lo edita Norma, y es muy fácil encontrarlo en librerías del ramo, e incluso generalistas. No tienes excusa.
No te arrepentirás.
Un saludín
Pero no quería hablarte de la serie en blanco y negro de esos caminantes (mira, como la obra de Carlos Sisi...), si no de otro cómic, otro libro que he devorado con frucción y que he disfrutado tanto como estos.
Se trata del tercer tomo de Blacksad, el detective felino creado por Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, una auténtica joya que combina un espectacular arte con las tramas más típicas de una buena novela de género negro.
Si el primer tomo (Un lugar entre las sombras) estaba centrado en una história del género detectivesco clásico, el de las novelas de Hammett, el segundo tocaba el tema del racismo. Al llegar al tercero, siguiendo la lógica evolución del tiempo, tocaba el turno a la deleznable caza de brujas y las primeras bocanadas de la Guerra Fría.
Alma Roja habla de la paranoia, la constante amenaza del enemigo invasor, los herejes y ateos de otros tiempos, que en los 50 eran los comunistas (hoy, sin que nadie pueda sorprenderse por ello, continúa la misma paranoia, con el islam. En cuanto se les pase, caerá sobre otros...).
La caza del senador McArthy es el argumento sobre el que se cimienta una historia de espionaje que le viene a Blacksad un poco grande.
Las amistades del pasado esconden secretos, el futuro es incierto y el presente poco tiene que ver con lo que él conoce.
Y en medio de esto, como no podía ser de otra manera, una guapa mujer que atrapará el corazón del detective y que... Bueno, eso lo tendrás que descubrir tú mismo.
El dibujo Juanjo Garnido es algo aparte. Es brillante, pulido, realista hasta decir basta, y eso que los personajes son animales antropomórficos. Un auténtico regalo para la vista y el paladar comiquero del lector.
Me siento en la obligación de, no recomendarte, sino casi obligarte a hacerte con esta serie, porque si disfrutas leyendo, es precisamente lo que te hace falta.
Lo edita Norma, y es muy fácil encontrarlo en librerías del ramo, e incluso generalistas. No tienes excusa.
No te arrepentirás.
Un saludín
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