Mirada al Aire

De empadronamientos y abandonos.
Estamos corriendo cuesta abajo. Al menos, estamos viendo como muchos de a los que se les hace la boca grande hablando de solidaridad, democracia, buen rollo y coherencia política, se les va cayendo la careta y van mostrando que lo que les interesa es el cargo.
El caso es que comienzan a abundar las propuestas sobre eliminar del padrón municipal a los inmigrantes que no cuentan con los permisos administrativos necesarios para vivir aquí, y esto, como todas las geniales ideas, tiene tantas cosas en contra, que asusta sólo con pensarlo.
Para empezar, la ley lo impide. Vale, está en confrontación con otras leyes, pero eso es el mal de un Estado. Continuemos. Se necesitan datos reales y actualizados sobre quien y cómo viven los habitantes de una población. Si no existen estos datos, no se pueden prever ningún tipo de actuación ni de planificación que vaya a servir de algo. Si no se censan todos los habitantes, no vale la pena hacer estadísticas, ni presupuestos, ni ninguna de las cosas que se hacen para hacer funcionar una ciudad.
En tercer lugar, ¿hay alguien que sea capaz de negar a un niño que pasa hambre una atención mínima para evitar que muera? ¿Hay algún político en este pueblo que decida que es mejor que la persona que esté enferma muera porque, simplemente, no ha nacido en este país? Si hay alguno capaz de negar un biberón de leche a un recién nacido, y se siente orgulloso de hacerlo, dice muy poco de él, de su partido y de los ciudadanos que le hayan votado para representarnos.
¿Exageraciones? Bueno, eliminar cualquier tipo de atención a los inmigrantes no empadronados, implica ver como a la gente le ocurren estas cosas. Es lo que se pretende con estas medidas, ¿no?
No seamos hipócritas. Eliminar los servicios básicos de atención no traería más que estas situaciones, seríamos meros observadores de la desgracia ajena, y lo peor, seríamos los responsables de la muerte y abandono de muchas personas. Negar esto, dejar en manos de otras instituciones no gubernamentales su cuidado y atención sería incumplir el compromiso democrático que ha de regir todo gobierno en este país.
¿Hay quien insiste en ello? Pues si lo hace, hay que compadecerle por su total falta de humanidad y recordarle que, por suerte, no es lo común en España dejar de lado a los que lo necesitan, porque en este país, el orgullo no se lleva, se enseña y se comparte. No merecemos gobernantes ni representantes que miren su ombligo antes que su obligación con todos las personas que dependen de ellos para sobrevivir (que no para vivir mejor, que no tiene nada que ver).
En cuanto a cómo repartir la ayuda y a quien, eso ya le corresponde al gobierno local de cada población, o a quien le toque realizar la criba. Lo que está claro, es que nadie tiene por qué quedarse sin una ración de comida, una medicina o el derecho a la escolarización, porque es menos que los demás por haber nacido en otro país.

Comentarios

Juanjo Rubio ha dicho que…
Mi más fuerte y enérgico aplauso por este artículo.

Saludos.
Víctor Alós ha dicho que…
Gracias Juanjo. Supongo que la semana que viene, tendremos respuesta de yasabesquien.
En fin...
Un saludín
Juanjo Rubio ha dicho que…
Bueno, pues la re-respondes... Ya ves las lindezas que me han regalado a mí. Pero el que tenga 2 dedos de frente, sabe cómo son las cosas.

Saludos.