MIRADA AL AIRE

De fira y Nadal

Ya ha terminado la Fira, nuestra Fira. Ha tenido de todo, de unas cosas más (muchas más) que de otras. Para unos, bien, para otros, mal. Actos para todos, actos para unos pocos, pero en fin, es la Fira y es lo que trae.
Si el calendario no me engaña, está terminando octubre. Es el mes de nuestra Fira. Ese de "jugarem als bufos amb les mans gelaes" que aparece siempre en las presentaciones de las Reinas y todo parlamento que se hace en estas fechas en esta nuestra villa.
Pero el calendario y la realidad están reñidos como nunca y Uno se pregunta qué narices ha pasado, donde está y sobre todo cuando está.
Los abrigos, y hasta la manga larga, han quedado olvidados en los armarios. Han vuelto las camisetas, y hay quien no se ha puesto los tirantes porque supongo que le daba vergüenza.
Y esto choca, no sólo con el mes de la Fira, sino con los polvorones, mantecados y turrones que los supermercados exhiben ya en cabeceras y estanterías, en primerísima fila. Si no recuerdo mal, que puede ser, porque la Fira suele confundir más que la noche del muchacho aquel, todo eso se consume en Navidad, que se viene celebrando allá por el 25 de diciembre.
Y entre calores y polvorones, nos machacan con anuncios interminables de juguetes, cosas extrañas para vender colonias con nombre francés y la ausencia (crisis, crisis) de las burbujas de todos los años y Uno se siente fuera de lugar, de tiempo y hasta de sí mismo.
Para acabarlo de arreglar, los Reyes Magos han aparecido en Onda y han resucitado una fábrica. Los augurios han fallado y se vislumbra, lejos pero visible, un brote marrón (arcilloso, que no verde) que hace que la esperanza vuelva a asomar, tímida, en el tejido industrial y económico de una ciudad demasiado vinculada al ladrillo.
Y entre calores, polvorones y reactivaciones, el Halloween, qué quieres que te diga, ya no asusta a nadie.
Un saludin

Comentarios

Juanjo Rubio ha dicho que…
¡Vaya!

Pues me alegro por el brote, cualquier brote debe ser bien recibido en estos momentos.

Saludos.