Leyendas Urbanas: hoy, misterios del DNI



La normal desconfianza que los ciudadanos tenemos acerca del Estado y su manera de hacer funcionar la burocracia es fuente inagotable de leyendas urbanas que circulan, no ahora, sino desde siempre, de boca en boca.

Lo lento de los papeleos, la aparente desidia de algunos funcionarios y los montones de papeles para realizar cualquier gestión enervan a más de uno y provocan que esos bulos malintencionados comiencen a expandirse sin límite. Y, como todos hemos padecido algún retraso, algún traspiés o rechazo institucional, pues siempre estamos dispuestos a creerlo.

El DNI es uno de los documentos que más leyendas recaba, por aquello de ser el más importante que tenemos en la cartera.

Supongo que la más conocida es la de los famosos dos números que nos indican la cantidad de personas que hay en el país con nuestros mismos nombres y apellidos.

Estos dos dígitos se encuentran en la retahíla de números que hay el reverso del carnet, junto al número propiamente dicho y otros.

Pues bien, mucha gente lo asegura, argumentando incluso que “se lo ha confirmado la funcionaria de la comisaría donde se hacen”, y ojito con rebatirlo.

Que lo saben de buena tinta…

Según ese número, habrían unos cuantos Víctor Alós Yus rodando por este nuestro país… Pero no es así, por suerte o por desgracia.

Estos números, como el resto de dígitos que se pueden encontrar en un carnet normal y corriente (los que tienen unos diez años en adelante, hasta los nuevos modelos con chip incorporado), son simplemente números de control que designan la oficina donde se ha realizado la gestión y otras indicaciones de orden interno. Nada tan original y exótico.

También existe la teoría, muy popular, que los números de las personas fallecidas se reasignan a personas que se hacen el carnet por primera vez.

Así, un joven de 15 años podría tener el mismo número del DNI que una señora que falleció hace, no se, cinco años.

Los números se asignan según el centro donde se aplican, y son correlativos dentro del mismo departamento. Como ejemplo, en Castellón los números comienzan por 18 millones, mientras que en Vila-Real son 52 millones o 54 millones. En otras ciudades comienzan por otras cifras.

Obviamente, los números son finitos, obviamente, pero… Cien millones de números son muchos números. En los 65 años de vida de nuestro DNI, se han expedido unos 60 millones, y queda un colchón de 40 millones, una auténtica barbaridad de nuevos españolitos, que deja lejano el dilema.

El número del DNI es personal e intransferible, por lo que no se puede otorgar a otra persona.

Nadie, por mucho que lo asegure, tiene el número de un fallecido.

Sí que es cierto, en cambio, que el DNI número 1 pertenece a Franco, mientras que el 2 es su esposa, Carmen.

El rey tiene el número 10, y a la Casa Real se les reservó desde este número hasta el 99.

También circulan numerosas historias sobre grandes robos al patrimonio de un descuidado señor que dejó el DNI a unos desaprensivos, que corrieron a abrir cuentas bancarias y a solicitar préstamos con él.

Obviamente, con sólo la presentación del documento, los señores de los bancos se saltaron todas las medidas de seguridad que existen y el pobre señor fue despojado de toda su hacienda, su dinero y quedó con unas deudas imposibles de cubrir y con unos informes financieros penosos para el resto de su vida.

Y no es que hayan ocurrido casos similares, no.

En ARRELS se dio noticia, no hace muchos meses, de un suceso similar. Y sucedió, claro.

Sólo que los delincuentes fueron detenidos horas después de realizar algunos movimientos que no sobrepasaron las medidas de seguridad de las entidades bancarias y de crédito.

Sí, quizás se pueda realizar algún trapicheo pequeño usando el DNI de otra persona, pero es fácilmente localizable y con una denuncia se puede anular cualquier responsabilidad sobre el tema.

Además, seamos serios…

Si los bancos no sueltan ni un euro con toda la documentación en regla y con los suficientes avales, ¿cómo van a hacerlo con documentación robada?

Un saludín

Comentarios

Pharpe ha dicho que…
Me ha encantado el post, la verdad que lo de los robos es subrealista quién se lo pueda tragar, pero pra gente y colores hay de todo. Saludos