Leído: All Star Superman, de Morrison y Quitely

Se dice, se cuenta, se rumorea, que el All Star Superman es el cómic definitivo de Superman. No diría yo tanto, pero desde luego, le da sopas con ondas a la mayoría de cosas que se han escrito sobre el personaje en sus decenas de años de historia.
No se, quizás se deba todo a que no es uno de mis personajes preferidos, ni lo ha sido nunca.
La idea de un superhombre, tan super que nada parece poder dañarle, y de repente, encontrarte que se le hiere con suma facilidad, me parece tan chocante que me pregunto si el guionista de turno sabe qué tiene exactamente entre manos.
Morrison, sin embargo, sí parece saber con que juguete está jugando, y eso se nota en la serie.
Su Superman es un compendio de Supermanes de todas las épocas. Desde lo más kitch de los 60 y 70, hasta apuntes del de Byrne, pasando por el cinematográfico y con elementos del inicio de la Historia. Todo unido para hacer una interesante historia con el Hombre de Acero como protagonista.
Los personajes secundarios son quienes tienen realmente el peso en la historia, los que marcan la diferencia y aportan el punto humanista a la trama, ya que el Superman de Morrison es, como ha de ser Superman, algo que está por encima de todos ellos.
El gran mérito de Morrison es, creo yo, saber dejar al personaje en su trono eterno, mientras que la historia la hacen avanzar los que vagan por su alrededor.
Desde el endiosado y triunfante Luthor, más retorcido que nunca, hasta el mojigato Jimmy, que pierde ese aire de inocencia para ser alguien más proactivo, todos tienen su momento grande en el devenir de los acontecimientos.
Y de la misma manera, el guionista nos desmonta el propio argumento de la obra a mitad de la lectura, aportando un dato que pasa casi desapercibido, pero que hace que la inevitabilidad del argumento caiga hecho pedazos sin que pierda coherencia ni en solo momento.
Un buen guión, ya digo, aderezado por un Frank Quitely que borda uno de sus mejores trabajos.
Su Superman es grande, pero no desproporcionado, mientras que su Clark Kent es alguien que no parece ser Superman, aunque todos, realmente, lo den por hecho.
Las escenas más lisérgicas le quedan realmente bien a este dibujante, que debería trabajar más a menudo con Morrison, porque juntos son un equipo increíble.
Y comenzaba diciendo que quizás este no sea el mejor tebeo de Superman, y lo mantengo. Cuestión de gustos, supongo.
Y como decía, de cariño (o no) hacia un personaje que parece ser demasiado para casi todos y al que John Byrne trajo a tierra y que se volvió, después, demasiado grande para ser controlado y domesticado.

Comentarios

Gabriel Romero de Ávila ha dicho que…
Un gran comic, desde luego, a dierencia de las tremendas locuras sin sentido que suele vendernos Morrison. Y más genial aún por cuanto (cosa que nadie hasta ahora ha comentado) sigue la misma continuidad del futuro de Superman que trazó durante su etapa en JLA. De aquel crossover del que nadie se acuerda ya ("DC 1.000.000") hereda muchísimas ideas en "All-Star Superman", la mayoría impresionantes. Incluso Clark Kent se convierte en uno más de los secundarios de Superman, resultando un personaje delicioso (aunque mi Clark Kent favorito sigue siendo el de Byrne, mucho más activo y no cobarde).
Enhorabuena por la reseña, un auténtico gustazo!!
Pharpe ha dicho que…
Me has despertado la curiosidad, habrá que seguirlo. Saludos