De la cultura y el elitismo.

La semana pasada apareció en Arrels una más que interesante entrevista con la actriz ondense Carmen Juan, una de las intérpretes de la popular serie de la televisión valenciana "L'alqueria blanca". La charla con Carmen venía a cuento del premio que le habían concedido la Asociació de Dones Progresistes d'Onda, para conmemorar el Març de la Dona, y que nadie duda que merezca.
Lo que me llamó la atención de la entrevista fue un comentario donde Carmen daba a entender que el teatro debía de ser siempre de pago, que si no se paga la cultura, no se aprecia.
Ahí es donde yo enarqué las cejas y me encontré con el argumento trasnochado de tantos teóricos de la "cultura" (así, entre comillas).
Según esta apreciación, la "cultura" sólo puede ser disfrutada por gente con recursos, gente capaz de pagar una entrada, de gastarse el dinero, no de quien no puede destinar parte de su sueldo en entretenimiento.
De esta manera, a los teatros sólo acudirá la élite, los poderosos y los que pueden permitirse ese gasto.
Por supuesto, elinamos a los pobretones de la ecuación y la cultura estará donde siempre ha debido estar: en los salones de las clases pudientes.
No es un asunto baladí.
En estos momentos, muchas familias están condenadas a no poder ni siquiera a mantener un nivel de básico y hasta los alimentos y utensilios de primera necesidad son un lujo. No digamos ya la cultura.
El ayuntamiento de Onda se ha esforzado, con un presupuesto en cultura muy ajustado, debido a la situación local, en traer obras de teatro para el disfrute de todo el pueblo, y no son obras precisamente baratas ni amateurs (aunque, con buen criterio, también han sido estas protagonistas de la programación local). Y las pagan, con el dinero de todos, así que no es extraño que la entrada sea libre, o como en determinadas ocasiones, con un coste simbólico.
Entiendo que Carmen quiere decir que hay ocasiones en que siendo gratis, acude un determinado tipo de público que asiste porque sí, porque es gratis y no hay que dejarlo escapar. Ese mismo público se lo pensaría si hubiera que pagar aunque fueran 5 euros.
Pero es que, por desgracia, mentecatos los hay en todas partes, y hasta ellos tienen derecho a asistir a una representación si lo desean.
La Cultura es realmente patrimonio de todos, y es justo que todos la disfruten, sepan hacerlo o no.
Vale, fastidia encontrarte a este tipo de gente, que como ella cuenta, "hablan por teléfono y se van de la función a mitad porque "la obra es una mierda"", y quizás sea el método, el hacer pagar aunque ya se haya pagado por otros medios (el presupuesto de Cultura), pero nadie puede negarle el derecho a asistir.
La Cultura no se mide por el precio a pagar por disfrutarla, sino por el placer que experimentamos al hacerlo.
Una vez más, se confunde el precio con el valor, y una vez más, se incurren en errores que no hacen más que confundir al usuario de la cultura, vetando y cercando un territorio que no debería tener vallas ni límites, más allá de los lógicos y razonables (si tiene que haber cultura, ha de haber creadores que puedan ser capaces de crear, y la remuneración ha de ser uno de los puntos a tener en cuenta).
Lo demás, está abierto a debate, pero esto, nunca debería estarlo.
Un saludín

Comentarios

Pharpe ha dicho que…
Totalmente de acuerdo con cada punto y quién da entender que la cultura sólo la puede tener quién pague parece que volvamos a la edad media