Sesenta años con Murphy


"Si algo puede salir mal, saldrá mal".
Esta sentencia, tan categórica y tan terriblemente certera, ha cumplido hace poquito la friolera de 60 años.
Y es que el señor Edward Murphy, contra lo que todos hemos llegado a pensar, fue un señor que existió en realidad, y sentenció dicha frase.
Fue comandante durante la Segunda Guerra Mundial y tras el fin de esta Gran Guerra, terminó trabajando en el Proyecto Apollo en la recién nacida NASA.
En 1962 trabajó en un proyecto sobre un trineo propulsado por cohetes que recibió el nombre de MX981, junto a un abultado equipo compuesto por diversos ayudantes.
El Capitán John Stap dio una rueda de prensa anunciando el éxito del proyecto, y comentó a los periodistas que "todo había salido bien, porque aplicamos la Ley de Murphy".
Los periodistas, que no habían escuchado nunca esto, preguntaron al capitán por ella.
"Es lo que dice el comandante Murphy, que si algo puede salir mal, saldrá mal".
Al parecer, había un ayudante bastante patoso.
El tipo de persona que suele apretar el botón equivocado y hacer que todo explote. Pues bien, las pruebas poner en marcha el aparato en cuestión tuvieron en cuenta hasta a este manazas, de manera que nada, nada pudiera estropear el proyecto.
Un periodista, más avispado, se dirigió al propio doctor Murphy y le preguntó. Este le confirmó la aseveracion e incluso añadió "si hay varias maneras de hacer algo y una de ellas es la equivocada, alguien la hará".
Y ahí comenzó la leyenda, publicitada por los medios y aumentada por aportaciones apócrifas y con los nombres más extravagantes y que recogen todas las variantes posibles e imaginables.
Pero queda esa primera gran ley y su creador, un ingeniero aeroespacial que tenía una visión práctica de la vida, y que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado.
Señor Murphy, felicidades, y por muchos años.
Un saludín

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