Aberraciones de las gestoras de derechos.

Uno no sale de su asombro con los despropósitos que surgen de las Sociedades Gestoras de los Derechos de Autor.
Estas, que están ahí para garantizar que los autores sean convenientemente reconocidos por la sociedad y obtengan el pago justo por la utilización de sus obras, en ocasiones (y parece ser que cada vez más) se extralimitan y quedan como entidades absurdas que pervierten esa misión tan útil y a la vez necesaria.
Con el asunto del canon, llaman delincuentes a cualquier hijo de vecino, y se ofenden y demandan a cualquiera que les diga semejante cosa a ellos, sea un joven parado o un padre/madre de familia.
Los machacan con la vía legal sin miramientos y con bastante mala fe.
Cobran derechos por utilizar en actos benéficos obras registradas, cuando no existe un ánimo de lucro y sí de beneficiencia, y luego se ofenden si quedan como los malos de la película.
Leo en el blog de mi buen amigo Alfonso Merelo que han estado cobrando derechos por algo que es de titularidad pública y que nadie ha dicho nada ni ellos se han retractado.
Veo como congratulan de cohartar la libre circulación de la cultura poniendo "puertas al campo", y ahora, me entero por David Bravo que se impide publicar la lista promocional de ventas en España a un blog porque sí, sin motivos.
El otro día, en Hoy por Hoy, programa matutino de la SER, el representante del departamento jurídico de la SGAE se defendía de los ataques que recibía "de toda la sociedad", atacando, diciendo que pobrecitos ellos y que malos son los que les señalan.
Pues Uno opina que, si la sociedad apunta a alguien, por algo será.
Algo falla y quizás alguien tenga que sentarse y pensar qué está pasando y por qué tanto malestar.
Uno, como siempre, aboga por el entendimiento, pero si hay quien no escucha, habrá que insistir.
Un saludín

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