Esta es una cuestión que colea desde hace mucho, mucho tiempo. Recuerdo cómo se enfurecía el amigo Pumares cuando, en su programa radiofónico, alguien le preguntaba por tal o cual edición en vídeo de una película. No consentía que nadie comparara la magia de la sala con la sosez del salón.
El cine, y estoy de acuerdo con su argumento, ha de disfrutarse de la manera en que ha sido creado y gestado. Es decir, para consumir en una pantalla enorme, con una calidad de imagen y sonido espectacular y con el ambiente oscuro y solemne de una sala de proyección.
Pero hete aquí que cada vez es más difícil acceder a una película que te interese cuando puedes verla y ahí surge el conflicto.
¿Voy al cine, pagando la indecente cantidad de seis euros, o alquilo, compro o descargo la susodicha peli y la disfruto comodamente, sin agobios en mi casa?
Vale que no existe la liturgia de la compra de entrada, la llegada a la sala, la búsqueda del asiento y el acomodo, pero, también es cierto que en el cine te has de tragar como te llaman delincuente, los mismos anuncios que echan en tu tele y los trailers de varias películas, que es lo único que vale la pena de ese momento.
En cambio, el DVD te permite saltarte el insulto, llegar a la película, que es lo que te interesa y comer y beber sin miedo de molestar ni ser molestado. Y además, en la compañía que tú eliges, no la que te coloca el acomodador o el vendedor de la entrada, que también es importante.
Ah, y disfrutas de la película que querías ver, cuando la querías ver, en el idioma que la prefieres escuchar y por una pequeña fracción del dinero que te habría gastado en el cine, que tampoco es mal asunto.
Comentarios
Lo peor es cuando hay gente indeseable, los que no paran de hablar, los del móvil, las meonas, etc...
Me ha hecho gracia la opción C, hay gente que descarga en screener y le da igual, alucino.
Salud