Series que me atrapan: Hoy, Dexter


Hace bien poquito descubrí que la Fox estrenaba Dexter, una serie de la que había oído hablar, pero a la que no había prestado suficiente atención. Así que, a causa de mis sufridos turnos, el perderme los dos primeros episodios no fue un drama demasiado grande.
Hasta que Susana, que sí los vió, me dijo que la serie me iba a gustar "sí o sí".
Suelo hacerle bastante caso, ya que me conoce lo suficiente para discriminar mis gustos televisivos y cuando me recomienda algo, no falla nunca.
Así que me armé de paciencia y me puse a buscar esos primeros episodios, que encontré con la facilidad que suele aportar la red de redes y me dispuse a disfrutarlos.
Y vaya si me gustó...
Dexter es una serie sobre un asesino en serie.
No sobre un policía que persigue a un asesino en serie, sino sobre el asesino en sí.
Vale que el muchacho no es un psicokiller al uso. Si alguien hubiera propuesto a una cadena estadounidense dar protagonismo a uno de esos que abundan tanto en su país, el portazo se abría escuchado hasta en nuestra piel de toro.
Pues no, Dexter Morgan tiene "esas" inquietudes que adornan la vida de todo psicópata, pero resulta que tiene dos puntos a su favor.
Uno: trabaja para la policía, y se ha especializado en capturar a los malos, aunque ese detalle le suele traer sin cuidado.
Y dos: es forense, por lo que conoce exactamente cómo debe actúar para no dejar ni una sola huella, ni un sólo indicio.
La otra particularidad, más importante que estas dos y que ha sido introducida por su padre adoptivo, es una motivación.
Su padre era policía y tenía una férrea visión de lo que está bien y está mal. Y Dexter presentaba unas cualidades que le hacían hacer cosas malas. Así que el señor procuró encauzar al niño hacia el bien.
O por lo menos, el menor mal.
Y ese "menor mal" se resume en "nunca mates a quien no lo merezca" y "utiliza tu don para corregir los errores de la justicia".
Desde ese momento, Dexter se encarga, bisturí en mano, taladro en marcha, en poner en su sitio a otros asesinos en serie que han escapado a la justicia.
No es que sea un buen tipo, desde luego. Sus métodos son dignos de cualquier residente en La Crónica Negra de la Historia, pero la formación aportada por su progenitor le ha creado una sólida moral: no matar porque sí. Sólo si la causa está justificada. Y sobre todo, no equivocarse.
Los actos del protagonista son crueles, violentos y no están justificados en el mundo real, desde luego, pero dentro de la lógica autocontenida en la serie, es más que conveniente.
Dexter es un hombre vacío, sin sentimientos, que intenta por todos los médios ser frente a los demás alguien que no es. Sus relaciones personales son tan ficticias como su pose, y sólo Rita, su interés (iba a decir romántico, pero eso supondría que tiene sentimientos) humanitario consigue romper esa pared y llegar dentro de su ser.
Es una serie muy entretenida, que como no podía ser de otra manera, visto como funcionan las series actuales, tiene una trama que se resolverá a lo largo de la temporada.
Y es que a Dexter, el asesino que da nombre al programa, le surge un rival, también con tendencias psicóticas, que intenta jugar con él a un juego macabro. Varias prostitutas aparecen muertas y despedazadas, y el asesino conoce quien y qué es Dexter, y le reta mediante crípticos mensajes a descubrirlo.
No he visto más de cuatro episodios, pero desde luego, me ha enganchado.
La intro guarda mucho parecido con la de A dos metros bajo tierra, otra serie con la que guarda coincidencias, ya que su protagonista también participó en esta.
Una gran serie que creo que la está programando Cuatro, y que nadie que disfrute del misterio, la intriga y de algo sorprendente como es una serie de prime time protagonizada por alguien que suele ser "el malo", debe perderse.

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