Leyendas urbanas: hoy, la amenaza de atentado

Me ha llegado, vía una compañera de trabajo, una aterradora nota, proveniente de no se sabe muy bien donde, en la que se avisa de la presencia de dos coches, un Opel Kadett rojo y una Ford Fiesta rojo, cargados de explosivos y conducidos por una mujer.
Estos dos coches van circulando por la provincia de Castellón en estos días, y se prevé que haya un grave atentado en cualquier centro comercial de la provincia, o incluso en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.
Podemos estar tranquilos, porque los agentes de la O.R.A., donde trabaja la hermana del avisador, están en alerta para identificar a la conductora y neutralizar la amenaza.
Y una vez más, la leyenda urbana toma forma y comienza a circular de nuevo.
Esta es una leyenda que se repite de forma cíclica, preferentemente en épocas de grandes movimientos de personas, como el verano, las navidades, o ahora, que hemos tenido la desgracia de tener el asunto de Coves de Vinromà.
Hay muchas variaciones de la misma historia, aunque la más popular es la del terrorista agradecido, que se acerca a una persona que le ha hecho un favor para avisarla del inminente atentado.
Por desgracia, esta leyenda nació en España tras los trágicos sucesos en el Hipercor de Barcelona, por lo que con ese recuerdo en mente, uno se sobrecoge al pensar en algo similar. Y tras la barbarie de Madrid, pues imagina.
Por suerte, las posibilidades de que esto ocurra de nuevo son las de siempre, o sea, tan escasas que ni vale la pena pensar en ellas. Y por supuesto, no aumentan por la aparición de estas noticias.
Así que a comprar con tranquilidad, a ir al cine como siempre y a disfrutar, que la cosa está como siempre, normal y con tranquilidad.
La nota resulta curiosa por su contenido. Desde luego, si las autoridades supieran de la existencia de algo similar, se trabajaría para solucionarlo, se informaría y se tomarían las medidas necesarias para que no ocurriera nada.
También está la cosa de conocer los modelos y colores de los coches, y no las matrículas, algo bastante extraño. Y que lo conduce una mujer, sin ofrecer un retrato robot o unas indicaciones. Y por supuesto, que los agentes del O.R.A. estén en alerta, no exisitiendo en muchos pueblos y ciudades de la provincia, pues da que pensar.
Como siempre, pasará, y veremos cual "ataca" después.
Un saludín

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