Spider-man 3: el fin edulcorado de una buena franquicia

He estado esta tarde en el cine, en plan familiar.
La opción ha sido, como no podía ser de otra forma, la esperadísima tercera entrega de nuestro querido vecino y amigo Spidey, la que va a ser el broche de oro a una franquicia cinematográfica plagada de buen hacer, grandes ideas y de una adaptación fantástica y bien realizada...

... pero que se ha quedado en el camino.

Las dos anteriores entregas han sido realmente buenas, de las que los aficionados al cómic hemos visto con buenos ojos, a las que hemos conseguido encontrar guiños de personas que de verdad han seguido al personaje y que, al menos en apariencia, han sabido cogerle el pulso y la ambientación precisa.

Está el detalle de la MJ sosa, en lugar de la terremoto pelirroja que amamos, pero bueno, son esas cosas que no terminan de estropear la magia de un trabajo bien hecho.

En la primera entrega, el Duende era correcto. Una adaptación más que correcta de una saga que se ha prologando durante meses en el cómic, y que nos hizo vibrar con la promesa de la evolución de Harry Osborn en lo que debe ser: un nuevo, más brutal si cabe, Duende Verde.

En la segunda, uno de los grandes enemigos del cabeza de red, Otto Octavius, tomó la cara de un excelente Alfred Molina, y cumplió dando la dosis esperada de emoción, chicha y batallas casi calcadas de las páginas del cómic.

Y en la tercera...

(Te aconsejo que no leas más, porque esto está lleno, llenito, de spoilers. Avisado estás)


La tercera arranca estupendamente, al ritmo de las anteriores. La emoción va creciendo, aunque ya se otea una cierta dosis de moñez, que no acaba de ser muy dañina. Uno espera que la cosa se vaya aclarando, y que aparezca ya de una vez el simbionte (nada de Secret Wars, afortunadamente), y comience la batalla con el nuevo Duende Verde y que El Hombre de Arena haga su arenosa aparición.

Y todo ello sucede, con orígenes incluídos (no se puede poner a un personaje pre-creado en una película. Los espectadores somos tontos y no lo pillaríamos). El origen de este villano es algo chabacano, pero bueno, se deja ver. El simbionte... si cae un meteorito con el simbionte, que mida, no sé... un metro cúbico, y Peter se lleva a casa, por accidente, un centímetro cúbico, ¿donde está el resto? Fallo argumental chapucero, pero bueno...

Aparece el traje, Peter se descontrola (que todos sabemos que va a ocurrir, así que nada nuevo) y entonces, nos la ponen delante.

Rubia, angelical, inteligente, despierta... es nuestra Gwen, la que debería haber salido en la franquicia desde el primer momento. (Nota al margen: ¿no habría sido una delicia tener a Gwen desde el principio e introducir en Spider-man 2 a MJ? Sin tener el desagradable incidente del puente en la primera, digo...)

Pues la Gwen de la película sí, se cae de una considerable altura, y se enamora de Spidey. Y le cae bien Peter. Y repite beso boca abajo. Y ya está. Se acabó el papel de un personaje al qu
e le tenemos un cariño que no conseguimos tener por la sosa pelirroja.

En cuanto a las situaciones...

El Peter lanzado es un payaso, nada que ver con el que aparece al principio de su cambio por el contacto con el simbionte. Ese sería un buen personaje, pero el ramplón, bruto y desconsiderado Peter de la película no convence. Nada en absoluto.

La escena de la Iglesia, con las campanas y Eddi Brock, está tan metida con calzador que ofende a la vista. La aparición del Hombre de Arena y su relación con la muerte de Tío Ben es artificial y engañosa. No funciona. La amnesia de Harry es ridícula, la pelea con Peter en su ático, para olvidar.


Y llegamos al final, al apoteósico final con los dos villanos, juntos sin más, y la aparición del nuevo Duende Verde, grácias a que Alfred Pennyworth pasaba por allí. Veneno/Brock, no deja de tener su gracia y aunque no es un personaje que me interese mucho, cumple su papel de némesis/espejo.

Para acabar, las altas dosis de azucar, esos perdones multitudinarios, esas miradas cargadas de ñoñez... Un final que se adivina como el final de una franquicia que ha dado dos películas y media del mejor entretenimiento y que, si nada lo impide, volverá para estropear la imagen que del trepamuros han conseguido poner en nuestras mentes de espectadores de cine.

Una lástima, si señor...

Un saludín

Comentarios

Krispamparo ha dicho que…
Yo, cuando vi bailar al Peter Parker como un gilipuertas, tuve bastante... Lo siento por tí, que tenías ilusiones puestas y es la segunda vez que te pasa (léase Xmen 3)

En fin, ¿terceras partes nunca fueron buenas?
Víctor Alós ha dicho que…
Nunca.

Y ya amenazan con la cuarta...

Miedo me da

Un saludín