Elemental, querido Wilson

Malhumorado, cínico, concienzudo, asocial, y encima, todo un genio. El médico al que asistimos en Cuatro y en Fox es el claro exponente de lo que no nos vamos a encontrar en la consulta del médico, cuando consigamos una cita con él.

Y es que la ficción de moda aporta a la figura del galeno una presencia casi de risa, pero con un carisma de los que tumban de espalda, o mejor, de los que causan respeto, unida con una repulsión casi genética, que no se suele dar en la triste, anodina y futil vida real.

Por ejemplo, el simpático Dr. House tiene a sus órdenes a tres vitales mozalbetes que atienden sus más mínimos deseos y ejecutan, al unísono y con rapidez cualquier prueba necesaria sea cual sea la complejidad que tenga.

Vamos, seguro que tu médico te hace el análisis de sangre en tiempo record… ¿Dos semanas es lo suficiente rápido?

El caso es que House no intenta reflejar, por suerte, ninguna realidad médica, como han atestiguado cienes y cienes de especialistas médicos (incomprensiblemente, se han prestado a ello). Se trata de un médico “de plastilina” que vive en un mundo de guionistas de televisión y dinero a espuertas, que no tiene ni idea de lo que es el Lupus y que lanza al aire (y de forma magistral, por cierto) su diatriba semanal de palabros técnicos aprendidos. No vayamos a confundirnos, por favor…

House es un sosias de otro gran detective, que no se aferraba a los tranquilizantes, sino a la cocaína y que no tocaba el piano, sino el violín, pero que, como el médico, vivía en el 221 B de Baker Street, aunque de la vieja Londres.

Sherlock Holmes comparte muchos rasgos con el genio del Plainsboro, que se perfila ya en la mente de muchos de sus seguidores como el gran detective del siglo XXI, que de acuerdo con los tiempos que corren, persigue malvadas enfermedades en lugar de criminales o diabólicos capos del submundo.

Lo que estos médicos mediáticos, los que nos recuerdan que un Dr. House no tiene cabida en la Seguridad Social española, no saben es que las consultas están llenas de médicos antipáticos, asociales, gruñones, malcarados, prepotentes y sin miramientos con los pacientes, esos que le dan de comer, de beber y de vicios.

Y no tienen el carisma de Hugh Laurie.

Que le vamos a hacer…

Un saludín

Comentarios

Paco Hernández ha dicho que…
creo que es el hermano mayor de Becker, hasta hace poco no vi lo que se parecían en el caracter ;)
Gin ha dicho que…
I perque enfada menys que el fontanero/electricista/loquesiga tarde un mes a anar a ta casa a arreglar ixe X que esta averiat que que el metge tarde dos setmanes en donar-te uns analisis de sang?

Si que hi han metges malcarats, pero es que n'hi ha en totes les professions. Lo que pase es que ixa professio la paguem tots i això pareix que pique més...no?

Besos!
Víctor Alós ha dicho que…
Dona, Gin, que també fasitidie, també...

El que passa es que no eixen fontaneros/electricistes/loquesiga per la tele dient que no tots son Manolo y Benito.

I lo dels metges es pitjor, molt pitjor, perque fiques en mans d'ells la teva salut, i la de la teva familia.

I aixó es més delicat.

I a més, es creuen deus.

Un saludín
Víctor Alós ha dicho que…
Conner, no he seguido Becker, aunque he leído algo por ahí en ese sentido.

De todas maneras, por mucho que se ponga, Ted Danson NO es Hugh Laurie...

Un saludín