En el libro de frases hechas de nuestra vida aparecieron sentencias tan firmes como aquella de “¿Quién me pone la pierna encima?” y tantas otras joyitas del acervo popular. La evolución lógica de este interesante formato fue colocar, en lugar de gente corriente y desconocida, a famosillos de medio y ningún pelo a convivir. Y como tenían el camino de la fama ya conseguido, sólo había que poner las cosas un poco más difícil. Separados en dos grupos, para uno era el lujo, y para el otro la cutrez más extrema.
De la comodidad de una casa a la crueldad de la isla, de la jungla o de la sabana africana va un cambio de canal, pero la cosa viene siendo lo mismo. Y después, un hotelito con glamour, un autobús del que nadie se acuerda o a pencar entre cerdos y vacas... Y siguiendo la estela, los metemos en un bunker durante unas semanitas, a ver si se pegan o algo…
Y eso sólo en España, que en el resto del mundo, la cosa va degenerando cada vez más. Por ejemplo, en la cuna de lo hortera, lo vulgar y los cutre más absoluto. Osease, los United States.
De la mano del mismísimo Stan Lee, creador de Spider-man, los 4 Fantásticos o los X-men, por citar sólo algunos de los personajes de cómic, películas y demás, un grupo de frikis se enfundan en mallas ajustadas e intentan ser super-héroes de cómic.
Bueno, algo hay que reconocerles a estos. Por lo menos, ellos saben que están haciendo el friki, no como los de GH, que creen que son estrellas…
Pero en fin, la cosa ha ido a mejor, con el paso del tiempo y ahora, no basta con machacar psicológicamente a los pobres incautos (y futuras estrellas mediáticas).
No, amigo. No amiga…
Ahora, encima, hay que machacar su cuerpo y hacerlo sufrir las bondades del bisturí y la cirugía plástica. Si hace poco se convertían a aspirantes a modelos en pastiches de Cindy Crawford y compañía, dentro de poco veremos como personas de a píe, con esa cara tan horrible que tenemos todos, con ese cuerpo de deshecho y esa manera de vestir tan, tan… común, por decirlo de alguna manera, se convertirán, merced a un equipo de estilistas, cirujanos, profesores y asesores en cisnes.
En cisnes, y en máquinas de hacer dinero para los que se anuncien en el espacio. Aunque también, claro, en un reclamo para los que son (somos) del montón para volver a creernos patitos feos, para destrozar ánimos y para comprender, una vez más, que eso de que la belleza está en el interior no es más que el truco para que veamos una telenovela en la que, encima, la fea está más buena que un flan.
Un saludín
Comentarios
Aquì en Mèxico con esto del Gran Hermano se diò un fenòmeno muy interesante, pues resultò que como bien dices los que no eran famosos ahora lo son y los que no eran artistas tambien lo son, del anonimato al estrellato y si los ves ahora ni los reconoces pues con todas las cirugìas y cambios de imagen ya no tienen nada de lo que alguna vez fueron; y nosotros seguimos feos pero nunca como las feas de la novela, sniff. (jeje)
UN BESO.
Claro, que para eso no hace falta mucho, que los concursantes de acá son de lo peorcito, en cuestión de modales.
Y ahora, eso del cambio radical, que ya salía en un canal de pago.
Menos mal que quedamos gente normal... Bueno, más o menos normal :-D
Un saludín
La información dura la tapan, para no herir sensibilidaes, sin embargo (¿se escribe así? Ay, de tanto escribir, Uno ya no sabe cómo se hace correctamente...) las memeces de los partidos políticos sí salen cada dos por tres.
En fin, cada Uno, dicen, tiene lo que se merece.
Un saludín