Bueno, hemos llegado a la fecha mágica, y no te he felicitado.
Permíteme que resuelva esto con una sincera felicitación tardía, que no es lo mismo, pero sirve.
Y ahora, vayamos por temas que me ocupan estas fiestas...
He estado participando en un festival de villancicos del colegio de mi hijo. Es decir, he sido uno de los padres que han osado subir al escenario del Teatro Mónaco para enfrentarse, no sólo al resto de padres, ni siquiera a los niños del colegio, sino también a las cámaras de las dos televisiones locales.
Es decir, que todo el pueblo me ha visto hacer gorgoritos en el escenario. Me acabo de ver en TV Onda, y aunque hice lo posible por evitarlo, se me oye.
Vamos, que es normal, porque era el único padre entre varias mamás, así que mi voz destacaba sin quererlo sobre ellas.
El caso es que me gusta, y el año que viene, volveré a caer, porque ver la cara de mi hijo al verme subir al escenario, me vale a mí más que todo lo demás.
Me pone en un brete esto, ya que mi posición ante la celebración de un acto cristiano está más que sabida, aunque la postura de hacer lo que me apetezca, independientemente de lo que signifique para los demás, no está tan clara.
Pues que piensen, que eso es sano.
Una cosa que me ha gustado de estas Navidades, que todavía no han terminado, es la instalación de un espacio de hacer lesionados en el Pabellón Vila d'Onda.
Sí, es curioso ver como ha aumentado durante las últimas semanas, grácias a la práctica del patinaje sobre hielo. La pista, que tiene unos doscientos metros cuadrados de superficie (creo que es eso, que nunca he sido yo muy allá para las superficies), y está siendo masivamente utilizado por los aficionados ondenses.
Hay que ver como hacen el ridículo los más mayores que se animan, y como dominan los peques.
Aún así, los cabestrillos y las muletas se dejan ver cada vez en mayor cantidad cada día. Por mi parte, con dos esguinces este año, voy servido, y el hielo, mejor en el vaso, grácias.
Pues sí, y mientras, continúan pasando los días de vacaciones, y yo ando liado con varios proyectos, que espero que cuajen durante este año.
La radio, el cómic y quizás un libro serán mis objetivos este 2006, que espero que sirva para que todas las teclas que he tocado este año acaben cuadrando.
Mientras, ya sabes, a dar a la tecla y haciendo planes.
Espero contarte más cosas pronto.
Pasa unos buenos últimos días de 2005.
Un saludín
Permíteme que resuelva esto con una sincera felicitación tardía, que no es lo mismo, pero sirve.
Y ahora, vayamos por temas que me ocupan estas fiestas...
He estado participando en un festival de villancicos del colegio de mi hijo. Es decir, he sido uno de los padres que han osado subir al escenario del Teatro Mónaco para enfrentarse, no sólo al resto de padres, ni siquiera a los niños del colegio, sino también a las cámaras de las dos televisiones locales.
Es decir, que todo el pueblo me ha visto hacer gorgoritos en el escenario. Me acabo de ver en TV Onda, y aunque hice lo posible por evitarlo, se me oye.
Vamos, que es normal, porque era el único padre entre varias mamás, así que mi voz destacaba sin quererlo sobre ellas.
El caso es que me gusta, y el año que viene, volveré a caer, porque ver la cara de mi hijo al verme subir al escenario, me vale a mí más que todo lo demás.
Me pone en un brete esto, ya que mi posición ante la celebración de un acto cristiano está más que sabida, aunque la postura de hacer lo que me apetezca, independientemente de lo que signifique para los demás, no está tan clara.
Pues que piensen, que eso es sano.
Una cosa que me ha gustado de estas Navidades, que todavía no han terminado, es la instalación de un espacio de hacer lesionados en el Pabellón Vila d'Onda.
Sí, es curioso ver como ha aumentado durante las últimas semanas, grácias a la práctica del patinaje sobre hielo. La pista, que tiene unos doscientos metros cuadrados de superficie (creo que es eso, que nunca he sido yo muy allá para las superficies), y está siendo masivamente utilizado por los aficionados ondenses.
Hay que ver como hacen el ridículo los más mayores que se animan, y como dominan los peques.
Aún así, los cabestrillos y las muletas se dejan ver cada vez en mayor cantidad cada día. Por mi parte, con dos esguinces este año, voy servido, y el hielo, mejor en el vaso, grácias.
Pues sí, y mientras, continúan pasando los días de vacaciones, y yo ando liado con varios proyectos, que espero que cuajen durante este año.
La radio, el cómic y quizás un libro serán mis objetivos este 2006, que espero que sirva para que todas las teclas que he tocado este año acaben cuadrando.
Mientras, ya sabes, a dar a la tecla y haciendo planes.
Espero contarte más cosas pronto.
Pasa unos buenos últimos días de 2005.
Un saludín
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