COMENZÓ EL AÑO

Después de tanto hablar, temer y elucubrar sobre el "fin del cómic", que iba a acontecer durante el presente mes, ya llevamos varias semanas de 2005, y poco apocalipsis se ve.
Nuestro mercado se ha visto engrandecido de repente, grácias a la labor de algún internauta, de oficio investigador, que nos ha desvelado lo que los grandes editores ocultan bajo siete llaves y que, al final, es claro, público y diáfano como el agua de manantial.
La empresa medida ha sido diseccionada, sospesada y valorada, y las conclusiones han sido de todo, menos unánimes. Para unos, se trata de una vulgar especuladora del mercado de la viñeta, que se lucra salvajemente por los deseos de los aficionados en conseguir las historietas que demandan.
Para otros, se trata de un simple tira y afloja entre los escasos beneficios y la rentabilidad real de la locura de editar teleos en nuestro país.
Y mientras, continúan los rumores acerca de unos derechos que podrían cambiar de mano, y que el estatus quo de varias editoriales variaría, dejándolo todo tal y como estaba.
Marvel tiene sello de cromo, y Planeta se lanza con clásicos incuestionables ¿para cubrir hueco?, mientras esperamos la avalancha prometida de todo lo que compró, dicen, sin mirar a quien.
Mientras, se da el finiquito a Dude, la que comenzó a moverlo todo a un nivel más modesto, y Aleta y Recerca plantan cara a los "gigantes" con buenas obras, tanto de aquí como de allá, mientras Dolmen se aposenta y la especialización va haciéndose un hueco en las editoriales más alternativas.
En los medios, se habla de teleos, cada vez más, y cada vez mejor. Programas de rádio incorporan secciones fijas sobre las viñetas, aparecen autores en las noticias que no han muerto, ni han casado a nadie, ni son demandados por algún director de cine. Varios periódicos tienen secciones con reseñas de cómics y el manga se mira cada vez con mejores ojos.
También hay quien nos deja. El maestro Eisner ha muerto en este año, y él sí ha provocado que los medios incultos den noticias entre cuatro rayas, pero en su mayoría, con respeto y con la mano en redacción de quien sí conocía su obra.
Llevamos tres semanas de 2005.
Apocalipsis, no sé.
Pero terremoto, seguro.
Un saludín

Comentarios