EL SABADO, SEGUNDO DÍA

Tras la noche de fiesta, intensa, larga, con sobreabundancia de lugares donde beber grátis (recuerda, si en Fira te hacen pagar en algún casal, les dices de mi parte que se pongan el cubata donde les quepa), se impone un pequeño alto. Sobre las cinco de la madrugada es el momento de acercarse a cualquiera de los bares que ya están abiertos, para poder tomar algo de alimento.
Un café con leche, un batido de chocolate, unas madalenas, o un plato de jamón, son revitalizadores naturales, que te permiten afrontar lo que te espera.
Sobre las siete y media de la mañana, es hora de ir tomando posiciones en el recinto taurino, en el centro de la villa. Se trata de las calles centrales, que forman un circuito, rodeado por 190 cadafales, de los que te hablaré en otro post, y por donde sueltan los toros y vaquillas, el famoso "bou al carrer".
Como decía, las ocho es una hora importante. Se realiza la entrada de las reses que se exhibirán por la tarde y noche, además de unas cuantas vaquillas para ir haciendo boca a los aficionados.
Antes, la parada obligatoria es el Español. Es un bar pequeño, realmente pequeño, pero por el que pasamos todos. La "barretxa" es la bebida que más corre a esas horas.
En un pequeño vaso, de estos de chupito sin hielo, se vierte la cazalla y el moscatel, fifty, fifty, y se bebe de un trago. Al tercer vasito, se te ha olvidado el sueño, el ardor del estómago, el hambre, y sólo estás para lo que estás. Para disfrutar de los toros, o, en el caso de que no te gusten, como a mí, para irte retirando, y preparar el almuerzo.
Pero este año, no ha sido así.
El jaleo montado con el tan traído y llevado "síndrome de la lengua azul" ha provocado la inmovilización del ganado español, y no ha habido entrada, para desesperación de los aficionados, los del toro, y los de la "barretxa", que no hemos podido cumplir con la tradición.
De todas formas, no ha habido mucha suerte, y por la tarde sí han habido toros.
En el siguiente post hablo del almuerzo, y de la fiesta que supone el pasacalle de las peñas.
Un saludín.

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