CONSIDERACIONES ACERCA DE MARZO

Estos días, ya he realizado cuatro entrevistas para medios interesados en el libro MARZO, En tinta propia. Han sido practicamente calcadas, y en ellas he contado como nació el proyecto, y como se ha ido desarrollando.
Pero a fuerza de repetir lo mismo una y otra vez, he acabado dándome cuenta de un detalle muy importante, que hasta ahora no había apreciado, y que puede suponer la diferencia entre un tebeo benéfico, sin más, y un revulsivo para toda la industria del tebeo en España.
MARZO supone la colaboración de más de 70 artistas (¡¡70!!), trabajando coordinados, para presentar una serie de reflexiones sobre un hecho brutal, que conmocionó a la sociedad española, e incluso me atrevería a decir que mundial.
Hemos visto esto mismo en el cine, en libros, en artículos que, con mayor o menor fortuna, tocan estos temas, con el claro interés de activar una zona de nuestro cerebro que piense y actúe en consecuencia.
Nunca se había hecho antes en un tebeo.
Bueno, miento. Artículo 20 se realizó con un fin similar, para facilitar a un autor demandado por su obra, el dinero para pagar los daños y prejuicios (terribles y demoledores, sin duda), causados a un señor, que, paradójicamente, ni siquiera era la "víctima" del chiste.
Tenemos, entonces, dos casos, cercanos en el tiempo.
MARZO y ARTÍCULO 20 suponen un antes y un después para la industria del cómic. Demuestran que este, nuestra querida narrativa gráfica, puede ser un medio de protesta masiva contra determinadas injusticias sociales, igual de potente, igual de eficaz, que una película o un sesudo libro.
No me refiero a convencer al público, que piensa, y seguirá pensando, que los tebeos son para niños, y que poco se puede sacar de ahí, no.
Me refiero a los propios autores de cómic, que ven (deben de verlo de una vez), la terrible responsabilidad, la enorme fuerza que, como narradores tienen en la sociedad. No importa que estos cómics sean comprados por diez, cien o mil personas. No importa que los que lo compren lo hagan por compromiso. Lo que importa es que les llegue el mensaje.
Esa es la verdadera finalidad de estos proyectos, y esta es la causa que puede hacer que los autores de cómic por fin se tomen en serio, y actúen en consecuencia, igual que lo hacen directores de cine, escritores de renombre, e incluso presentadores de televisión.
Si lo consiguen, el cómic figurará, en letras de oro, junto al resto de medios de comunicación y opinión. Al menos, en los corazones de quienes lo respetamos.

Un saludin

Comentarios

J Calduch ha dicho que…
Pasé el otro día por El Castell (primera visita, fácil aparcar, por fin he visto cosas de sins entido sin necesidad de irme a Valencia) y pregunté por Marzo. Me dijo que tenías apalabrada con él una presentación. Ya anunciarás.

No sé que medios te habrán entrevistado, Víctor, pero si hubiera justicia debía ser tema de la sección cultural de todos y cada uno de diarios y telediarios. Casi al final, columna pequeña, bien, pero noticia. 5 euros a las cuentas bancarias del 11-M por cada ejemplar vendido. En estas fechas de un juguete una ilusión y las tarjetas unicef es más noticiable que nunca. A ver si lo conseguis meter en librerías aunque sea de forma artesanal (usease, ir a Babel con el taco de teleos bajo el brazo).

Os deseo lo mejor con la iniciativa. Un Saludo.
Sandy Gallia ha dicho que…
Quiero uno, quiero leer marzo,
quiero ver...