RECUERDOS DE UN MAR

El sol, que refulgía en lo alto, le permitía ver, aún con los ojos entrecerrados, la ondulación del agua que rompía cerca de él, amarillenta por la luz. La piel endurecida de sus pies podía sentir la calidez de la arena de la playa, mientras a sus oídos llegaban las risas de sus primos y las cariñosas reprimendas de los adultos.
Se sentía vivo, vital, lejos de la miseria, en lo más alto de su vida. Nada podía ir mal, y sonrió.
Bajó la botella, y la bombilla desnuda que pendía del ajado techo le cegó por completo, mientras una lágrima de añoranza le resbalaba por la mal afeitada mejilla.
Decidido a escapar de la maloliente habitación que compartía con otros como él, alzó de nuevo la botella, buscando, en su interior, el mar feliz de su infancia.

Comentarios

Sandy Gallia ha dicho que…
snif,
¿que puedo decir?

triste...
real...

no sé si sea mas triste que sea tan real

me gustó mucho