Ya hemos tenido ocasión de ver Thor, la película de Kenneth Branagh que adapta el cómic del Dios del Trueno, ese cómic que crearon Stan Lee y Jack Kirby en 1962 y que pronto fue miembro destacado de los Poderosos Vengadores.
De hecho, el origen de los héroes más poderosos de la Tierra se reunen por primera vez por culpa de Loki, hermanastro de Thor y conocido como Dios de la Mentira. Así que estamos frente uno de los pesos pesados de Marvel, y es justo que tuviera una película de acorde con su importancia.
Así que el domingo cogí a la cuadrilla junior y me acerqué al cine para comprobar si todo lo que había visto y oído en diversos medios era la verdad, y esta era una de las mejores películas sobre personajes Marvel que se han hecho.
Para comenzar, el principio nos desconcierta un poco. Ni Asgard ni héroe salvando al mundo. Sólo un grupo de investigadores que se encuentran con un hombretón perdido y, en apariencia, delirando. Por suerte, luego Branagh nos sitúa en Asgard, asistimos al relato que nos pone en situación y comienza la mejor parte de la película, la que transcurre en el hogar de los Aesir.
Si en Hollywood no fueran como son, Thor sólo se habría acercado de refilón a Midgard y el grueso de la acción habría transcurrido en cualquiera de los otros Ocho Reinos. Las escenas en el mitológico reino, seguidas de la batalla en Jottenheim son las más emocionantes, las más intensas y las más divertidas.
No pude dejar de estremecerme al ver a Los Tres Guerreros en acción, junto a Lady Sif, y sólo me faltó Balder el Bravo luchando codo con codo con los cinco amigos.
La parte que trancurre en Midgard, vulgo la Tierra, no es que esté mal. De hecho, está excelentemente rodado, con sus momentos épicos y las peleas graciosas. Me refiero a eso de enfrentar a un humano, grande, eso sí, con el mismísimo Dios del Trueno, que aún estando desprovisto de Mjlonir es una pieza de tío y además, ha sido entrenado como guerrero.
Pero las comparaciones son odiosas, y la gloria de Asgard se come al polvoroso y árido Nuevo Méjico. Los personajes terrestres son olvidables, no llegan al espectador y se revelan como meros maniquís para el lucimiento de los otros personajes, los de verdad.
La ventaja que tienen estos, los asgardianos, es que son personajes míticos, y por eso les permitimos clichés y que sean iconicos, planos y con sus características perfectamente dibujadas.
No puedo perdonar a Natalie Portman que no tenga carisma, cuando es capaz de mucho más, y he de confesar que el único que me cae gracioso es Coulson, otra vez un personaje tan dibujado que no chirría.
El despago con Los Tres Guerreros me vino al ver a Hogun. Siempre lo he imaginado como un mongol, que es lo que parece en los cómics, y no un japonés. Pero ocurre lo mismo con él que con Heimdall. Los dioses, hacen lo que quieren, y se parecen a quien les da la gana.
Y si quieres un consejo, acércate al cine y disfruta con esta aventura mítica, que tiene mucho de épica y poco de superhéroe. Eso, dicen, llegará el año que viene con Los Vengadores.
Un saludín
De hecho, el origen de los héroes más poderosos de la Tierra se reunen por primera vez por culpa de Loki, hermanastro de Thor y conocido como Dios de la Mentira. Así que estamos frente uno de los pesos pesados de Marvel, y es justo que tuviera una película de acorde con su importancia.
Así que el domingo cogí a la cuadrilla junior y me acerqué al cine para comprobar si todo lo que había visto y oído en diversos medios era la verdad, y esta era una de las mejores películas sobre personajes Marvel que se han hecho.
Para comenzar, el principio nos desconcierta un poco. Ni Asgard ni héroe salvando al mundo. Sólo un grupo de investigadores que se encuentran con un hombretón perdido y, en apariencia, delirando. Por suerte, luego Branagh nos sitúa en Asgard, asistimos al relato que nos pone en situación y comienza la mejor parte de la película, la que transcurre en el hogar de los Aesir.
Si en Hollywood no fueran como son, Thor sólo se habría acercado de refilón a Midgard y el grueso de la acción habría transcurrido en cualquiera de los otros Ocho Reinos. Las escenas en el mitológico reino, seguidas de la batalla en Jottenheim son las más emocionantes, las más intensas y las más divertidas.
No pude dejar de estremecerme al ver a Los Tres Guerreros en acción, junto a Lady Sif, y sólo me faltó Balder el Bravo luchando codo con codo con los cinco amigos.
La parte que trancurre en Midgard, vulgo la Tierra, no es que esté mal. De hecho, está excelentemente rodado, con sus momentos épicos y las peleas graciosas. Me refiero a eso de enfrentar a un humano, grande, eso sí, con el mismísimo Dios del Trueno, que aún estando desprovisto de Mjlonir es una pieza de tío y además, ha sido entrenado como guerrero.
Pero las comparaciones son odiosas, y la gloria de Asgard se come al polvoroso y árido Nuevo Méjico. Los personajes terrestres son olvidables, no llegan al espectador y se revelan como meros maniquís para el lucimiento de los otros personajes, los de verdad.
La ventaja que tienen estos, los asgardianos, es que son personajes míticos, y por eso les permitimos clichés y que sean iconicos, planos y con sus características perfectamente dibujadas.
No puedo perdonar a Natalie Portman que no tenga carisma, cuando es capaz de mucho más, y he de confesar que el único que me cae gracioso es Coulson, otra vez un personaje tan dibujado que no chirría.
El despago con Los Tres Guerreros me vino al ver a Hogun. Siempre lo he imaginado como un mongol, que es lo que parece en los cómics, y no un japonés. Pero ocurre lo mismo con él que con Heimdall. Los dioses, hacen lo que quieren, y se parecen a quien les da la gana.
Y si quieres un consejo, acércate al cine y disfruta con esta aventura mítica, que tiene mucho de épica y poco de superhéroe. Eso, dicen, llegará el año que viene con Los Vengadores.
Un saludín
Comentarios
¿No empeiza con el relato de los dioses nórdicos, que los humanos los tos adoraban, de ahía la batlla con los giantes de hielo y los Aesirs comandados por Odin???
¿hemos visto pelis distintas???
Un saludín
curioso: yo pensaba que empezaba con lo de los nórdicos, Odín contandoselo a Thor y Loki niños, y pa más adelante lo del atropello...