De parques y bienvenidas
Vivo en la entrada a esta nuestra ciudad, y tengo el gusto de ver, cada mañana cuando salgo de casa, uno de los parques más exuberantes y grandes de Onda. Es un rincón entrañable, que lleva ahí desde hace años, con el verdor explotando ante mis ojos y los de mis vecinos y, además, es el encargado de dar la bienvenida a los que vienen a vernos y visitarnos desde otras poblaciones.
El verdor que presenta se encarga de dar el “hola” y presentar Onda a estos visitantes, a dar la cara por todos nosotros y anticipar lo que pueden encontrar aquí. Es la tarjeta de bienvenida y lo primero que ven los ojos forasteros.
Si tuercen un poquito la vista, claro, porque si vienen desde Vila-Real, no pueden verlo, ya que se encuentra justo, justo, encima del puente por donde entran, a su izquierda.
Las pobres ratas que lo frecuentan, en compañía de animales de otras raleas, asoman, tristes, la cabecita por encima de la vegetación descuidada y bochornosa, en espera a que alguien se apiade y de una miradita al jardín, tan descuidado y vergonzante, que preside la entrada a nuestra ciudad, el que da la primera impresión de lo que, a lo peor, quien venga de fuera, se puede encontrar.
Abandonado a su suerte y vergüenza por el Ayuntamiento (porque no es suyo), y por su propietario (porque le da la gana), preside la entrada a Onda, orgulloso, maloliente, pútrido, insalubre y llevando la vergüenza de los vecinos que han de soportarlo frente a sus casas como bandera y orgullo.
¿Quién dijo que no hay espacios verdes en Onda? Si hasta salvajes los hay…
Un saludín
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Saludos.
Un saludin