Leyendas Urbanas: hoy, los niños verdes de Banjos


A lo largo de estas semanas, hemos encontrado en esta sección leyendas urbanas que han ido mutando a lo largo de los años, de las décadas incluso. Esta que vamos a descubrir hoy, no es de hace diez, veinte o treinta años, sino que se remonta a varios siglos atrás.
Hay varias versiones, y quizás alguna de ellas la hayas escuchado. Se trata de una vieja historia que tiene a dos niños, una niña y un niño, que aparecieron en la boca de una mina en la localidad de Banjos, y que tienen una característica muy especial: su piel era verde.
A mitad del siglo XX, sobre los años 70, se hizo muy popular esta historia, gracias a varios libros sobre el tema, obra de autores como Jacques Bergies o Peter Colosimo.
En él se habla de un pueblo del Este español, que en 1887 reciben la sorpresa de encontrar, en la mencionada mina a los dos niños.
Fueron sorprendidos una mañana, y trasladados hasta el alcalde de la villa, sorprendidos por su aspecto. Tienen una cara con rasgos negroides, y ojos asiáticos, pero su piel era de un apagado color verdoso. No comían nada, y hasta cuatro días estuvieron sin probar bocados, hasta que encontraron judias y otros vegetales del mismo color que su piel.
Por desgracia, el niño no resistió la tensión del suceso y murió al cabo de un mes, aproximadamente. La niña, en cambio, consiguió medrar en la aldea, y fue creciendo en casa del alcalde, sirviendo en como criada.
Con el tiempo, hasta su piel se fue aclarando y no tardó más que unos pocos años en ser indistinguible del resto de vecinos. Aprendió algo de español y catalán y pudo decir de donde venía y como era ese misterioso país bajo tierra donde vivía. Era un mundo crepuscular, que estaba separado del “mundo de luz”, el nuestro, por una ancha corriente de agua. Llevados por la curiosidad, se lanzaron a la aventura y salieron por la mina al exterior.
Se integró tanto en la sociedad del pueblo que acabó casada con el hijo del alcalde, y murió y fue enterrada en Banjos, como una más.
Hasta aquí, puede quedar todo en un enigma fácilmente rebatible. Sólo con abrir la tumba de la enigmática mujer y se podría realizar un examen genético y salir de dudas.
Pero…
Resulta que esos mismos cronistas aseguran que no han podido encontrar, en ningún lugar de España, una ciudad, villa o pueblo llamado Banjos. Simplemente, no existe.
Y tratándose de una narración del siglo XIX, cuando ya existía telégrafo, vías de comunicación y otros métodos para que hubieran indicios o reportajes periodísticos (ya que el periodismo de investigación era muy eficaz en esa época), es sumamente extraño. Nadie conoce ninguna población con ese nombre, ni hay indicios de que existiera un juez o alcalde que se llamara Ricardo De Calno, que es como se asegura en dichas crónicas que se llamaba el prohombre que los acogió..
Hay una teoría que situa Banjos en Banyoles, por aproximación fonética, pero no se puede probar nada.
Y no se puede probar nada, porque esta historia no es de origen español, sino que llega desde Gran Bretaña, y nada más y nada menos que del siglo XII.
En esa primigenia versión, los niños aparecen en el condado de Suffolk y quien se hace cargo de ellos es Richard De Calne (es decir, la pronunciación británica del más castizo Ricardo deCalno) y la niña cuenta que provienen de la Tierra de San Martín , donde son cristianos y de color verde. No sólo ellos, si no también los animales y las plantas.
Al parecer, todo el lío de la “nacionalización” de esta leyenda británica proviene de un libro de los primero años 70, El libro de los Duendes, Elfos y las Hadas, de Katherine Bricks. En él, dedica una página a recoger la leyenda de los niños verdes de Suffolk, y que fue tomado por otros escritores y adaptados a la mitología española, aunque no se sabe quien fue el “gracioso”.
Quien lo hiciera, cambió el nombre del lugar, pero no del caballero galés, que recibe en esta versión el mismo nombre.
A través de los años, se ha podido seguir el origen de esta leyenda y se ha podido comprobar este origen, aunque la rapidez de Internet evita que se aclare convenientemente y mucha gente cree que todo el asunto ocurrió en España, no hace tanto. Incluso hay constancia de un par de versiones situadas en Sudamérica, y no dudo que continuará creciendo con el tiempo y saltando de país en país.
Un saludín

Comentarios